viernes, 30 de septiembre de 2011

El destino no siempre es duro...

... es difícil de afrontar. 


El destino hace que te conviertas en una persona fuerte, no intenta nada malo, aunque sin querer, hace que la gente hagan cosas malas para que aprendan de los errores que conllevarán tiempo después. El destino te enseña a vivir el momento, que no vuelva a repetirse el mismo error, que de ese mismo error planifiques una posible vida. El destino hace que los demás no influyen en ti, que esas personas se bufen de ti, cual bufón de corte. El destino no sería en la vida capaz de aguantar esas idioteces, y contraataca. Con una palabra, con un gesto, con un pensamiento, o simplemente, te limitas a ignorarle.


El destino os ayuda a comprender que lo que dice vuestros mayores es verdad, más que la verdad, es la realidad. El destino quiere ser tu aliado, no existe buena o mala suerte, tampoco existe el karma, y mucho menos el fen-suí, o como quieran decirlo. Siempre que puede, te trae lo mejor de la vida en cualquier ocasión, mas tú tendrás que renunciar, decir que no, para ser feliz. Porque de eso se trata, que no te conformes con lo que te den, que vayas hacia más. 


Y ahora mismo, el destino te ha guiado a leer esta entrada, que quizás te haya servido de mucho o de nada. Pero he aquí una pregunta: ¿Por qué escribo esto? Pensarás. Lo hago por tu bien. Por el bien de ti, y de tu destino.

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