martes, 25 de octubre de 2011

Mucho es nada.

No sé cómo en tan poco tiempo me pasen tantas cosas.


Pero aún sigo exigiendo más. Intento buscar el lado más interesante a mi vida, renunciando mis hábitos, intentando cambiar después de milésimos tópicos. Digamos que esa época de bullying de la que vivía hace cuatro años se esfumó, hasta la vista, baby. Ahora tengo poder, soy capaz de afrontar las cosas y decírselas a la cara. No me siento importante, pero moralmente superior. 


No tengo más que escribir, sólo agradecérselo a él. Y a mis amigos, y a todos. Con amor no siempre puedo expresar lo que siento, también hablo de términos mayores.